Es la PDO (Oscilación del Pacífico)
Lo que dice la ciencia...
La PDO es un fenómeno que se encuentra fundamentalmente en el Pacífico Norte (en contraposición al Niño, que afecta sobre todo al Pacífico tropical). Tiene dos fases entre las que suele alternar; normalmente permanece en una fase durante un periodo de tiempo significativo (tan corto como 10 y tan largo como 40 años). Sin embargo, no es inusual que estos periodos largos se rompan con intervalos en los que cambia de fases durante periodos entre 1 y 5 años. Las fases de la PDO se han llamado fases cálidas (valores positivos) o fáses frías (valores negativos).
Figura 1: Valores mensuales del índice PDO: 1900 a mayo de 2006. Fuente de la imagen: Grupo de Impactos Climáticos (Climate Impacts Group)
Así que la primera lección de la PDO es que, aunque hablemos de un periodo de unos 20 a 30 años, no es en absoluto una división clara. De hecho, un análisis de la frecuencia de los eventos no produce mucho en el sentido de un periodo sólido. Por cierto, en 1999 se predijo que estábamos entrando en una fase fría.
La segunda lección de la PDO es que aunque hablemos de fases cálidas y fases frías, esto son más nombres que descripciones físicas. Como se ve en la Figura 2, una fase fría de la PDO se asocia con temperaturas frías en la superficie marina a lo largo de la costa del Pacífico de Norteamérica, pero el centro del Pacífico Norte permanece bastnate cálido. En consecuencia, parecería que no hay nada intrínsieco a la PDO que pudiera causar cambios significativos en las temperaturas globales.
Figura 2: fáse cálida de la PDO (izquierda) y fase fría (derecha). Imagen cortesía de JISAO.
Sin embargo, el clima está siempre lleno de sorpresas y para completar deberíamos mirar cómo el cambio de fase en PDO coincide con un cambio en las tendencias climáticas. En 1905, la PDO cambió a una fase cálida cuando el calentamiento global comenzó. En 1946, la PDO cambió a una fase fría cuando las temperaturas se enfriaron a mitad de siglo. En 1977, la PDO cambió a una fase cálida en torno al mismo momento en que el periodo de calentamiento global moderno comenzó. ¿Es la PDO la prueba irrefutable?
Figura 3: Índice mensual de la PDO (azul) contra anomalía mensual de temperatura global tierra-océano (rojo). Se han añadido un suavizado de los datos y las tendencias lineales.
Aunque la PDO tiene algún grado de correlación con variaciones de corto plazo en la temperatura global, lo más llamativo de la Figura 3 es la diferencia de tendencias entre la PDO y la temperatura global. Obviamente, la PDO, como oscilación entre valores positivos y negativos, no muestra ninguna tendencia de largo plazo. Por contra, la temperatura presenta una tendencia de calentamiento de largo plazo. La última vez que la PDO cambió a una fase fría, las temperaturas globales eran unos 0.4 ºC más frías que actualmente.
La tendencia de calentamiento de largo plazo indica que la energía total en el sistema climático terrestre está aumentando. Esto se debe a un desequilibrio energético; más energía está entrando de la que está saliendo (Hansen 2005). Varios factores afectan al balance energético de la Tierra. Un sol que se hace más brillante aumenta la energía que entra. Los aerosoles atmosféricos reflejan la luz solar, disminuyendo la energía que entra. Los gases de efecto invernadero absorben la radiación de onda larga saliente, reduciendo la cantidad de energía que sale.
El desequilibrio energético total se expresa como forzamiento neto; la suma de todos los diferentes forzamientos (ej. solar, aerosoles, gases de fecto invernadero, etc). La Figura 4 compara el forzamiento neto con la temperatura global durante el siglo XX:
Figura 4: Forzamiento neto (azul - NASA GISS) frente a anomalía de temperatura global tierra-océano (rojo - GISS Temp).
Cuando se incluyen todos los forzamientos, el forzamiento neto muestra una buena correlación con las temperaturas globales. No hay una única prueba irrefutable. Puesto que nuestro clima continúa absorbiendo más energía de la que emite, podemos esperar que la tendencia de calentamiento de largo plazo continúe, con fluctuaciones superpuestas en el corto plazo. Esto es lo que señala Keenlyside 2008 y de lo que se hace eco el Centro Hadley, que predijo que la variabilidad interna ocultaría parcialmente la señal del calentamiento global antropogénico durante los próximos años (Smith 2007).
Ambas predicciones proceden de la nueva generación de modelos climáticos que incorporan la dinámica oceánica (me sorprende que nadie haya acuñado aún el término GCM 2.0). Estos nuevos modelos predicen que, aunque el calentamiento se ralentizará durante los próximos años debido a la variabilidad interna, la tendencia de calentamiento se continuará a largo plazo.
Translation by Jesús Rosino, . View original English version.
El argumento escéptico...