¿Podrían los rayos cósmicos estar causando el calentamiento global?
Lo que dice la ciencia...
El fallo fundamental en la teoría de que los rayos cósmicos (o la falta de los mismos) está causando el calentamiento global es que la radiación cósmica no ha mostrado ninguna correlación con las temperaturas globales desde 1970.
Esto llevó al Instituto Max Planck (Krivova 2003) a concluir que "entre 1970 y 1985 el flujo de rayos cósmicos, aunque aún se comporta de manera similar a la temperatura, en realidad varía con retraso respecto a ésta y no puede ser la causa de su aumento. Así, los cambios en el flujo de rayos cósmicos no pueden ser responsables de más del 15% del aumento de temperatura."
De manera similar, Lockwood 2007 comparó mediciones de monitores de neutrones, isótopos de berilio-10 y carbono-14 (ambos proxies de la radiación cósmica) así como otras mediciones de la actividad solar y concluyó: "el rápido aumento observado en las temperaturas globales medias después de 1985 no puede adscribirse a la variabilidad solar, cualquiera que sea el mecanismo invocado y con independencia de cuánto se amplifique la variación solar."
Otros problemas de la teoría de los rayos cósmicos
Existen otros problemas a la hora de probar la relación de causalidad entre los rayos cósmicos y la formación nubosa. Esto no pretende refutar la teoría sino tan sólo mostrar que hay suficientes interrogantes como para mostrar cierto saludable escepticismo respecto a la teoría de los rayos cósmicos.
Ruptura de la correlación entre nubosidad baja y rayos cósmicos
Una de las pruebas clave de la teoría de los rayos cósmicos de Svensmark es la alta correlación entre la cubierta nubosa baja y los rayos cósmicos. Sin embargo, la correlación se rompió en 1991 (Laut 2003). En ese punto, la cubierta nubosa empezó a variar con un retraso de más de 6 meses con respecto a la tendencia en los rayos cósmicos, pero la formación nubosa debería ocurrir en un plazo de unos pocos días (Yu 2000). La correlación se rompe completamente en 1994.
Gráfico por cortesía de Laut 2003. Cubierta nubosa baja (línea azul) frente a intensidad de la radiación cósmica (línea roja)
Svensmark explicó el retraso de 6 meses por la incertidumbre en los datos (Svensmark 2003). También afirma que la pérdida de correlación después de 1994 se debe a una deriva de calibración de largo plazo en los satélites del ISCCP (Marsh y Svensmark 2001). El ISCCP discrepa.
Crítica de Sloan y Wolfendale
Un estudio reciente (Sloan 2007) examina la relación entre rayos cósmicos y cubierta nubosa y encuentra varias discrepancias. Puesto que la radiación cósmica muestra mayor variación en altas latitudes, uno esperaría mayores cambios en la cubierta nubosa en las regiones polares. Lo cual no se observa. Examinando el accidente del reactor nuclear de Chernóbil, cabría esperar que la ionización derivada de la radiactividad produjera un aumento de la cubierta nubosa. No hay ningún aumento manifiesto de la cubierta nubosa después del accidente.
Por último, incluso si estos problemas pueden resolverse y la relación de causalidad entre rayos cósmicos y formación nubosa fuera probada, todo lo que iban a encontrar es que la formación nubosa hace 50 años es similar a la actual y ha tenido poco o ningún impacto en el calentamiento global de largo plazo de los últimos 30 años.
Translation by Jesús Rosino, . View original English version.
El argumento escéptico...